Las sesiones suelen durar una hora. Previamente a iniciar la sesión hablaremos un rato para conocernos y ponernos en contexto. En ese momento puedes consultarme cualquier duda que tengas. Estarás totalmente vestid@ todo el tiempo, aunque se te pedirá que te quites los zapatos y las gafas, en el caso de que las utilices.

Durante el tratamiento te pondrás cómod@ tumbad@ en una camilla de masaje, con música relajante. Lo principal es que estés lo más cómod@ posible. Lo que dure la sesión puedes elegir estar en silencio para calmar realmente tu mente y tu cuerpo, pero te animo a hablar si te sientes incomod@ o necesitas hacer alguna pregunta.

Es posible que sientas calor, hormigueo o frescor a medida que tu cuerpo recibe la energía de Reiki. Puede que sientas estas sensaciones más en ciertas áreas donde fluye más energía o puede que no sientas nada en absoluto, aparte de una profunda sensación de confort y paz. Puede ser incluso que te quedes dormid@.

El Reiki es acumulativo e incluso las personas que no notan mucho la primera vez suelen tener experiencias progresivamente más profundas si continúan. Además de la experiencia inmediata del Reiki, puedes notar otros cambios que continúan desarrollándose a medida que pasa el día: quizás una digestión más fuerte, una sensación de estar más centrado y preparado y menos reactivo, y dormir profundamente esa noche.